Bondad
Había un niño de
5 años llamado Michael, cuya madre estaba embarazada
de una niña. El niño ponía su mano sobre el estómago
de su madre y le cantaba al niño en ella "tú eres mi
sol, mi único sol, me haces feliz cuando el cielo está
gris". Hizo esto todos los días. Cuando llegó el
momento de tener al bebé, en el hospital hubo un
problema con el parto y las mujeres tuvieron que tener
una cesárea y al bebé no le fue bien. El bebé fue
llevado a la unidad de cuidados intensivos. El niño
seguía preguntando '¿cuándo puedo ver a mi hermana?'.
Pasaron varios días y los médicos dijeron que es
posible que el bebé no sobreviva. La Madre pensó que
si el niño no veía a su hermana nunca la vería con
vida. La Madre llevó al niño a la unidad de cuidados
intensivos para ver a su hermana. El niño vio a su
hermana con todos los tubos y monitores a su
alrededor. La enfermera vio al niño y le dijo que se
fuera. El niño pequeño comenzó a cantar 'tú eres mi
sol, mi único sol'. La enfermera notó que la
respiración acelerada del bebé comenzó a disminuir.
Miró al niño y le dijo “sigue cantando”. Mientras el
niño seguía cantando, notaron que la bebé respiraba
con normalidad y el color azul de su piel comenzó a
normalizarse. El bebé se volvió más tranquilo mientras
el niño cantaba. Ese bebé vivió y nunca tuvo otro
problema.
Nuestras palabras son muy poderosas. Ese niño pequeño estaba cantando bondad a su hermana, incluso en el útero antes de que ella naciera. Lo escuchó cantarle todos los días de su vida. Incluso después de su nacimiento, ese niño le cantó bondad y ella fue sanada por ello. Nuestras palabras son lo más poderoso que podemos usar para luchar contra nuestros enemigos. Podemos levantar a las personas o derribarlas. Cuando somos amables con los que nos rodean, los levantamos. Sé amable con los que te rodean. Nueva versión King James Proverbios 15:1 ¶ La suave respuesta quita el enojo, mas la palabra áspera hace subir el furor. Nueva versión King James 2 Pedro 1:5 ¶ Mas también por esto mismo, poniendo toda diligencia, añadid a vuestra fe virtud, a la virtud conocimiento, 6 al conocimiento, dominio propio, al dominio propio, perseverancia, a la perseverancia, piedad, 7 a la piedad el afecto fraternal, y al afecto fraternal el amor. 8 Porque si estas cosas son vuestras y abundan, no seréis estériles ni sin fruto en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. |